Sábado, 11/09/2010
Salimos desde Zaragoza con algo de tráfico debido a que era jornada de puertas abiertas en GM España camino de Vera del Moncayo dónde paramos a comprar pan. Desde allí pillamos una pequeña carretera que nos condujo hasta los pies del Moncayo, que tras unos 12 Km . por pista y un último tramo de tierra nos llevo hasta el Santuario del Moncayo dónde dejamos el coche.
Santuario del Moncayo
Al poco de empezar la ascensión -sobre las 12:30 AM- por el bosque ya tuvimos que parar unas cuantas veces por que Alicia no se encontraba bien. Consecuencias de no desayunar y del fuerte calor reinante en la zona. Al finalizar la zona del pinar hicimos una parada larga para decidir si Ali podía seguir adelante o debíamos darnos la vuelta definitivamente. Desde este punto “sólo” nos quedaría subir una enorme ladera pedregosa en zigzag que se nos haría eterna por momentos.
Ladera con subida en zigzag
Nada más reanudar la marcha ya tuvimos que parar lo que indicaba que Alicia ni estaba ni se le esperaba. Cualquier excusa le venia bien para seguir parando; que si una llamada de teléfono, agua, algo para comer, cigarrito….y en esta situación no se podía continuar, dado que seguía con sus mareos y sus vértigos cuando desviaba la mirada del camino. Con lo que lo mejor era irnos para casa y dejarlo para otro día. Pero ella se empeño en seguir costara lo que costara. Viendo su bloqueo y que las piernas no le respondían decidí seguir para adelante y dejarla sola a su marcha sin la obligación de forzar para seguir mi ritmo. De vez en cuando paraba para ver si venia y hasta que no tenia contacto visual con ella no seguía subiendo. Con esta formula poco a poco fuimos ascendiendo por separado.
Momentos de la ascensión
Al llegar a la cima del Cerro de San Juan decidí esperarla para afrontar juntos el último tramo. Tras varios minutos apareció algo desencajada y bastante cansada. Una vez siendo una unidad y aprovechando el reencuentro nos abrigamos bien por que soplaba mucho aire y hacia bastante fresco. Más tarde confesó que durante la subida se había parado y echado a llorar debido a su enorme bloqueo. Lo que demuestra que a pesar de ser pequeña y parecer poca cosa y endeble tiene unos huevazos bestiales y una increíble fuerza interior que le obliga a afrontar con éxito los retos más difíciles que salen a su paso.
Vista Moncayo desde el Cerro de San Juan
Tras un ligero descenso sólo queda ya afrontar la última rampa que nos llevaría hasta la cima del Moncayo (
360º de la Cima del Moncayo
También cabe destacar la cantidad de mariquitas que habitan en la cima. Nos dimos cuenta que íbamos algo escasos de agua y que nos podría pasar factura. Con los deberes ya hechos iniciamos el descenso que nos llevaría hasta el Santuario donde decidimos entrar a tomarnos algo debido a la sed acumulada por el cansancio y la falta de previsión de agua en la excursión.
Merecido descanso
Atardecer Moncayo
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