Viernes, 13/08/2010
Nos tomamos el jueves como descanso con la excusa de que daban mal tiempo y ya de paso dar reposo a nuestros pies tras la dura jornada anterior. Lo primero de todo era “cuidarlos”. Así que tras ponerles tiritas y vendas pusimos rumbo a los Baños de Benasque de donde partía la excursión de hoy: el Ibón de Alba. Al bajar del coche la volvimos a ver -estaba mmmm con su pañuelo y sus mayas- pero decidimos continuar como si no la hubiésemos reconocido para no incomodarla. Llegamos al camino que nos conduciría al desvío del Ibón. En este punto teníamos que ir con mucha atención para no pasarnos, ya que el lunes no conseguimos verlo y nos fuimos andando hasta el Hospital de Benasque. Esta vez hubo suerte y lo encontramos, resulta que estaba escrito con pintura en una piedra.
Recorrido
Desvio
El lunes buscando el desvío le preguntamos a un “amable” caballero y nos dijo que lo habíamos dejado muy atrás y que era una subida dura pero muy bonita. Y no le faltaba razón al hombre. La ascensión comienza con un camino de piedras que te va introduciendo en el interior del bosque. Fuimos todo el rato por al lado del riachuelo. Nos saltamos un par de marcas -para variar- llegando incluso a tener que escalar por la roca donde caía el agua hasta que llegamos al camino correcto. Una vez terminado el bosque aparecimos en lo alto de una ladera donde se podía contemplar muy bien el valle de Benasque.
El lunes buscando el desvío le preguntamos a un “amable” caballero y nos dijo que lo habíamos dejado muy atrás y que era una subida dura pero muy bonita. Y no le faltaba razón al hombre. La ascensión comienza con un camino de piedras que te va introduciendo en el interior del bosque. Fuimos todo el rato por al lado del riachuelo. Nos saltamos un par de marcas -para variar- llegando incluso a tener que escalar por la roca donde caía el agua hasta que llegamos al camino correcto. Una vez terminado el bosque aparecimos en lo alto de una ladera donde se podía contemplar muy bien el valle de Benasque.
Valle de Benasque
Unos minutos de trayecto cómodo por caminito entre hierba y a afrontar otro gran desnivel que seria el último del día. Ya arriba se podría ver el Ibón de Alba. Decidimos no subir a los ibones pequeños y nos quedamos allí a comer donde, por cierto, al sol hacia bastante calor.
Ibón de Alba
Video
Antes de irnos intentamos encontrar sin éxito la Cueva de Alba, preguntando a varios excursionistas y nadie sabia del paradero de ella. Lo único digno de reseñar fue el avistamiento de abundante fauna pirenaica; las comunes marmotas y los famosos Sarrios mencionados en entradas anteriores. Así Alicia ya podría dormir tranquila confirmando su existencia.
Sarrios
El primer tramo del descenso iba a ser “divertido” como nos dijo una montañera. Era todo tierra polvo con piedras sueltas lo que facilitaría los resbalones. Como vimos sufrirlo a ella misma el fino tortazo que se metió. Yo tampoco tardaría en comprobarlo. Nada más empezar me salí del camino y fui por la hierba lo que propicio “mi culo en tierra” que seria el primero. Casi al final de este terreno, y ver varios amagos de caída de Alicia, se produciría mi último resbalón que fue una sentada en toda regla.
El resto del descenso no iba ser tampoco nada sencillo. Al llegar al bosque el firme era todo tierrecilla por lo tanto había que extremar la precaución e ir agarrándose a todo que pillabas por medio -ramas, raíces, árboles, piedras…-. La gente nos adelantaba con una facilidad pasmosa. Pero no era por que bajáramos con miedo -ni mucho menos- ya que hicimos un descenso más que digno. Era por que iban con palos lo que les facilitaba el agarre y les daba más seguridad. Tras unos minutos ya estábamos otra vez en el camino de piedras que nos conduciría hasta el coche.
1 comentario:
por alli deberia estar la cueva de alba, de acceso restrigido solo para espeologia y cosas asi, pero era digna de ver, el problema es que no la encontramos..... fue una oena la verdad...
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